La idea del presidente brasileño de crear un eje sur-sur cobra forma. Los negocios con otras economías emergentes van viento en popa. Y los horizontes de las empresas brasileñas se amplían cada vez más en el África.
Una nueva geografía del comercio internacional, un eje “sur-sur“, es la idea que tiene el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Este ex líder sindical querría ver a su país en una red que incluyera a otros países en desarrollo y a otras economías emergentes, como lo afirmó en 2004, durante la conferencia de Naciones Unidas sobre comercio internacional en Sao Paulo. Si bien querría seguir exportando hacia los países industrializados, “queremos fomentar nuevas relaciones con las cuales las economías del sur se complementen mejor“, anunció el presidente Lula.
Sur-sur rebasa a norte-sur
La estrategia, al parecer, funciona: entretanto Brasil vende más a países en desarrollo y a las otras economías emergentes que a los países del norte. Su tercer socio más grande es ahora China, que le sigue a Estados Unidos y está casi al mismo nivel que la vecina Argentina. Al lado de China, en la mira de las empresas brasileñas se encuentra sobre todo África, un continente que antes en la percepción de Brasil era a lo sumo el lugar de origen de los antiguos esclavos.
Once viajes al África lleva ya el presidente brasileño y en Brasil vive la mayor población de origen africano, después de África. También la Agencia de Promoción de la Exportación (APEX) apoya sus inicitiavas. A comienzos de septiembre de 2009, una delegación de empresarios brasileños visitó Sudáfrica. “Nuestra intención es mejorar estas relaciones e intensificarlas”, declaró Mauricio Manfré, director de APEX quien no sólo actúa en representación de las empresas brasileñas sino que busca productos que pueda importar.
Exportaciones se multiplican por ocho
Las exportaciones de Brasil hacia los países del África subsahariana se han multiplicado por ocho en los últimos diez años. En 2008 sobrepasaron los diez mil millones de dólares, un cinco por ciento del total de exportaciones del Brasil. Angola ocupó el lugar número uno, con dos mil millones de dólares: le siguió Sudáfrica, con 1.800 millones y Nigeria con 1500.
En tiempos de crisis económica y financiera, los nuevos mercados africanos son bienvenidos. Así opina Jorge Duarte de Oliveira, director de Exportaminas, la agencia de fomento a las exportaciones de la región de Minas Gerais. “Las economías emergentes han sufrido menos en la crisis internacional; son mercados atractivos para las empresas pequeñas que producen para nuestra clase media y clase baja”, explica el exportador puntualizando que en África y Cercano Oriente también se encuentra también ese tipo de consumidor.
China compra materia prima, África productos industriales
Mientras que dos tercios del volumen de compra chino se compone de soja y hierro y no presta atención a los productos industriales brasileños, las exportaciones hacia el continente africano son mucho más variadas. Sólo un tercio del volumen se compone de materia prima; el resto son productos elaborados: desde textiles, pasando por muebles, hasta maquinaria agrícola.
“África aún no ha podido desarrollar su propia industria; por eso los africanos compran en buena parte nuestros productos”, explica Carlos Abijaodt, experto en comercio exterior de la Asociación de Industriales de Minas Gerais. Una gran afinidad con Africa ha podido constatar en sus viajes internacionales, añade Abijaodi. “Tenemos costumbres parecidas y en los países africanos de habla portuguesa –Angola y Mozambique- hablamos la misma lengua”, resalta.
Inversiones millonarias de las multis brasileñas
El socio comercial número uno en África es Angola. En este país petrolero -cuyos índices de crecimiento de dos dígitos han asombrado al mundo entero en los últimos años- invierten numerosas empresas brasileñas. Petrobras, semi estatal, busca petróleo en la costa angoleña; la constructora Odebrecht asfalta carreteras y el consorcio mixto Camargo Correa está levantando, por 370 millones de dólares, una cementera en Angola.
En los próximos años, probablemente, también Mozambique –el país con mayor población del continente africano- cobre interés para los brasileños. Aquí invierte el consorcio constructor Vale –antes Companhia do Vale do Rio Doce- 1300 millones de dólares para poder explotar, en el centro del país, las reservas de carbón de Moatize: uno de las mayores minas de carbón del mundo, aún sin explotar, que podrá suministrar carbón de buena calidad los próximos 100 años.
Autor: Johannes Beck
Editor: José Ospina-Valencia